El galán de noche, ese mueble que evoca tiempos pasados, tan presente en los hogares de nuestros padres y abuelos, está disfrutando de una segunda juventud. Cada vez son más las personas que confían en él al final de esas jornadas que se alargan demasiado y en las que, al volver a casa, ni queremos arrojar la ropa en un rincón ni perder el tiempo doblándola. Sucede algo parecido por las mañanas: nada más cómodo que dejar la ropa que vestiremos al día siguiente en el galán, ahorrándonos así unos minutos que podemos invertir en descansar un poco más o disfrutar tranquilamente del desayuno.
Años atrás, los galanes de noche estaban orientados a los hombres, era el mueble ideal para dejar la camisa, el pantalón y la corbata, pero el tiempo ha demostrado que cualquiera, sin que importe su estilo vistiendo, puede beneficiarse de su diseño para colgar la ropa y, en algunos casos, dejar que se airee durante la noche. ¿Para qué depender de, por ejemplo, el respaldo de una silla si existen muebles específicos?
En la actualidad, los galanes de noche se han ido distanciando de la imagen romántica que tenemos de ellos, la de un mueble muy robusto que podía abarcar la mayor parte del espacio disponible en el dormitorio, convirtiéndose en una pieza de diseño versátil y funcional que encaja en casi todos los dormitorios, desde rústicos a barrocos, pasando por los estilos más vanguardistas, mínimos o de influencias exóticas. Y siendo los galanes una de las tendencias más interesantes de este comienzo de año, seguro que os interesará saber que en Due-Home disponemos de este producto.
Para empezar, el galán de noche clásico, que destaca por su capacidad de adaptación. Sus colores neutros (cerezo, blanco o wengué) le permiten estar presente en cualquier dormitorio sin acaparar protagonismo. Incluye un colgador superior para chaquetas, jerseys o camisas y otro inferior para pantalones y faldas. Como el resto de galanes de nuestra tienda, requiere de un sencillo montaje y en caso de mudanza siempre resultará manejable y fácil de transportar.
El siguiente galán que os recomendamos, el galán de noche con bandeja, riza el rizo de la utilidad, sumando al diseño y los colgadores una bandeja en la que podemos dejar complementos pequeños como el reloj, los anillos o unos pendientes. Ligeramente más grande que otros galanes, su acabado varía según el color: barnizado para el modelo en color cerezo y lacado para el blanco y wengué.
Y terminamos con el galán de noche minimalista, un mueble que optimiza al máximo las formas sin perder funciones, destacando, aparte de las características que comparte con su versión clásica, su fabricación en metal cromado y madera lacada, así como los tres colores disponibles (blanco, cerezo y wengué). Su principal diferencia: las dimensiones, ligeramente superiores a las del galán de noche clásico.
Los galanes de noche han demostrado ser muebles funcionales y de muchas posibilidades estéticas, pero si por algo nos encantan es por el tiempo que ahorran y porque sabemos que mantendrán nuestra ropa a buen recaudo durante la noche. ¡Se acabaron las pilas de ropa arrugada!
Imágenes | Maisons du Monde, Chipless Fashion, Due-Home.