No cabe duda de que los materiales orgánicos se han puesto de moda. La madera, las plantas preservadas y enmarcadas e incluso el bambú. Sin embargo, entre tanto ingrediente natural hay uno que, tímidamente, ha ido ganando territorio. Nos referimos al corcho, que escapa de sus funcionalidades clásicas para forrar por completo nuestras paredes. Ya hablamos de la popularidad de esta tendencia, pero ahora vamos a explorarla en profundidad. ¿Cómo poner en práctica estas originales paredes en tu hogar? Inspírate con estas ideas.
Los despachos y oficinas son el espacio de confort de este material, en el que tradicionalmente los hemos encontrado en forma de paneles para colgar recuerdos y recordatorios. Y ahí siguen, en los despachos, pero en tamaño XXL y cubriendo paredes completas, para poder colgar todavía más cosas o, simplemente, darle un toque moderno a la habitación.
Las cocinas y los baños no han escapado a esta tendencia tan novedosa, que sustituye los azulejos clásicos por una pared menos ortodoxa, pero mucho más llamativa. Ya no hará falta usar tornillos y clavos, ahora los espejos y las toallas pueden colgarse como todo se cuelga en un corcho, con cuerdas y chinchetas.
¿Quién dijo que no podía haber corcho en los dormitorios? Ahora es toda una revolución deco, de lado a lado de la pared, para crear un ambiente rústico y orgánico; o para tener cerca todos aquellos recuerdos, fotos o ilustraciones que te inspiren. Los moodboards sirven para eso, y ¿qué mejor forma de despertarse cada mañana que viendo todo aquello que te inspira y te carga las pilas?
Las paredes de corcho han llegado hasta al salón de nuestra casa, en dos versiones muy contrastadas. La primera es el total look, cubriendo paredes, techo y, si nos atrevemos, hasta el suelo. El corcho es el material que recoge y rodea toda la habitación. La segunda opción es más recatada y sencilla de poner en práctica, cubriendo apenas una pared o una parte de ella para crear contrastes de texturas y materiales.
Las habitaciones infantiles son las más dadas a aceptar estas paredes de corcho, pues para los peques son todo ventajas. El material es blando y evita golpes y choques. Además, en ellas pueden colgar todos sus dibujos, fotos y material educativo. Así lo exponen de forma visual y es más efectivo. Por último, puede llenarse de cosas de colores, algo que encantará a cualquier niño.
Ya hemos visto los diferentes ambientes en los que se pueden adoptar las paredes de corcho. Está claro que esta tendencia no entiende de límites en el hogar y se ha adaptado a cualquier estancia o utilidad, dando un toque moderno, joven y muy desenfadado. Solo hace falta un tablero de corcho y una buena grapadora. ¿Qué paredes de tu casa cubrirás? Y sobre todo, ¿qué colgarás en ellas?
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Foto de cabecera | Amandicas.